Un esguince es una lesión de la articulación que produce un estiramiento o un desgarro de un ligamento. Los ligamentos son bandas muy resistentes de tejido que conectan un hueso con otro. El ligamento anterior cruzado (por sus siglas en inglés, ACL) es uno de los ligamentos principales que se encuentran en la parte central de la rodilla. Conecta el hueso del muslo (fémur) con el hueso de la pantorrilla (tibia). Este ligamento, junto con el ligamento posterior cruzado, ayuda a mantener la estabilidad de la rodilla y evita que el fémur se deslice o gire sobre la tibia.
Los esguinces se clasifican como de grado I, II o III dependiendo de su gravedad:
El ligamento anterior cruzado se lesiona frecuentemente cuando se tuerce la rodilla en forma forzada. También se puede lesionar cuando la rodilla se estira más de lo que puede (hiperextensión). A veces ocurre cuando se trata de desplazar el fémur de golpe con respecto al hueso de la pantorrilla, como por ejemplo cuando uno se para de golpe al correr o transfiere su peso al esquiar.
Cuando se lesiona la articulación por primera vez uno escucha un ruido que viene de adentro, con mucho dolor. En general viene acompañado por gran inflamación de la rodilla en las primeras horas después de que se produjo la lesión. Esta inflamación se llama efusión y se debe a la acumulación de sangre en la articulación de la rodilla.
Si se desgarró el ligamento anterior cruzado hace varios meses o varios años, y no se operó para reconstruirla, puede tener la sensación de que la rodilla cede cuando la tuerce o la hace girar.
Su profesional médico le examinará la rodilla para ver si se aflojó. Si tiene la articulación inflamada, es posible que use una aguja y una jeringa para sacarle la sangre. También es posible que le haga una radiografía para ver si los huesos de la rodilla se lesionaron. Para ver la condición del ligamento anterior cruzado, y la de otros ligamentos o cartílagos, le puede también hacer una resonancia magnética (MRI).
El tratamiento consiste en:
Su profesional médico le podrá recomendar que:
En el caso de desgarros totales, usted tendrá que decidir junto con su profesional médico si va a hacer una rehabilitación intensa o si es mejor operarse y después hacer rehabilitación. El ligamento anterior cruzado no se puede volver a coser. Se debe reconstruir con ligamentos o tendones de otra parte de la pierna, para volver a conectar la tibia con el fémur.
Puede decidir hacerse una cirugía reconstructiva del ligamento anterior cruzado si:
Puede decidir no hacerse la operación si:
Si un niño se desgarra el ligamento anterior cruzado cuando todavía está creciendo, el médico le puede recomendar que posponga la cirugía hasta que haya dejado de crecer.
El objetivo de un programa de rehabilitación es que usted pueda volver a practicar su deporte o actividad en forma segura lo antes posible. Si vuelve a practicar demasiado temprano, su lesión se puede agravar, con el peligro de que el daño sea permanente. Cada persona se recupera de su lesión a un ritmo diferente. Su vuelta a la actividad dependerá de la recuperación de su rodilla, y no de cuántos días o semanas han pasado desde que se produjo la lesión. En general, cuánto más tiempo tarde en iniciar su tratamiento después de tener síntomas, más tiempo tardará en sanarse.
Podrá retornar al deporte o actividad en forma segura cuando pueda hacer lo siguiente, en el orden en que aparece en la lista:
Si siente que su rodilla está cediendo, o si siente dolor o inflamación en la rodilla, debe consultar con su profesional médico. Si ha tenido una operación, no vuelva a practicar deportes hasta que su profesional médico le dé permiso.
Desafortunadamente, la mayoría de las lesiones de ligamento anterior cruzado se producen por accidentes que no se pueden prevenir. Sin embargo, puede reducir la posibilidad de lesiones fortaleciendo los músculos del muslo y haciendo ejercicios de estiramiento de la pierna con regularidad. Cuando esquíe, pídale a un profesional competente que ajuste correctamente las fijaciones para que suelten el esquí al caerse.