El dolor de tibia es un dolor que se siente en la parte delantera de la pierna, entre la rodilla y el tobillo. Puede sentir dolor directamente en el hueso (la tibia) o en los músculos que están en la parte interna o externa de la tibia. Este tipo de dolor de pierna se llama con frecuencia dolor de la tibia.
El dolor de tibia se produce en general por uso excesivo. Se puede deber a una irritación de los músculos u otros tejidos en la parte inferior de la pierna o a una fractura de esfuerzo. Los corredores que aumentan la distancia de entrenamiento o la intensidad de la corrida, o que cambian la superficie de entrenamiento, pueden sufrir con frecuencia de dolor de la tibia.
Cuando uno camina o corre, el pie se aplasta normalmente un poco cuando golpea contra el piso. Si el pie se aplasta más de lo normal, esto se llama pronación excesiva. La pronación excesiva puede contribuir al dolor de la tibia.
Algunas condiciones específicas que pueden producir dolor de la tibia son:
Sentirá dolor en la parte delantera de la pierna. Puede sentir dolor cuando está descansando, cuando se ejercita, o ambos. Las fracturas de esfuerzo de la tibia le producirán dolor directamente sobre la tibia. Le dolerá la parte del hueso que está fracturada. Las fracturas de esfuerzo del peroné producen dolor en la parte externa inferior de la pierna. Si tiene el síndrome de esfuerzo medial, sentirá dolor y sensibilidad a lo largo del borde de la tibia, sobre todo a lo largo de los músculos. Le dolerán los músculos del compartimiento. El compartimiento anterior también tiene nervios y vasos sanguíneos. Si los músculos del compartimiento se inflaman al hacer ejercicio, pueden llegar a irritarle estos nervios o vasos sanguíneos y hacer que el pie se debilite, se entumezca o se enfríe.
Su profesional médico le examinará la parte inferior de la pierna. Determinará qué parte de la tibia le está produciendo el dolor. Le hará caminar o correr para ver si tiene problemas de pronación excesiva. Es posible que le pida una radiografía o una tomografía de los huesos para ver si tiene fracturas de esfuerzo. Si el profesional médico cree que tiene el síndrome de compartimiento, le hará hacer una prueba para medir la presión en los compartimientos de la parte inferior de la pierna. Esta prueba se realiza con una aguja que está conectada a un dispositivo de medición. Le harán la prueba en reposo y después de haber hecho ejercicio.
El tratamiento que se le dará puede consistir en:
Mientras se está recuperando de la lesión, practique un deporte o actividad que no empeore su situación. Por ejemplo, puede nadar o andar en bicicleta en vez de correr. Cuando empiece a correr de vuelta, use calzado bueno y corra sobre superficies blandas.
El objetivo de un programa de rehabilitación es que usted pueda volver a practicar su deporte o actividad en forma segura lo antes posible. Si vuelve a practicar demasiado temprano, su lesión se puede agravar, con el peligro de que el daño sea permanente. Cada persona se recupera de su lesión a un ritmo diferente. Su retorno a la práctica deportiva o actividad dependerá de cuán rápido se recupere su pierna y no de cuántos días o semanas han transcurrido desde su lesión. En general, cuánto más tiempo tarde en iniciar su tratamiento después de tener síntomas, más tiempo tardará en sanarse.
Podrá retornar al deporte o actividad cuando pueda hacer lo siguiente, en el orden en que aparece en la lista:
Escrito por el Dr. Pierre Rouzier para iMcKesson Clinical Reference Products.